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Durante la extracción, la miel sale con una serie de impurezas que es necesario eliminar. Se deben eliminar impurezas como madera o cera antes de transferir la miel a los maduradores.
Para filtrar la miel de forma profesional es necesario utilizar un depósito de gran capacidad para calentar la miel (haciéndola más fluida); Los diferentes filtros presentes en el tanque eliminan las impurezas y permiten que la bomba de succión aspire la miel sin las impurezas presentes a la salida del extractor de miel.
Los filtros eliminan las impurezas más grandes, evitando que acaben en los maduradores.
Las paredes y el fondo contienen agua calentada por una resistencia eléctrica controlada termostáticamente (2000 W con termostato de 30-120°C).
El calentamiento hace que la miel sea más fluida sin dañarla, acelerando el proceso de limpieza y filtrado de residuos.
El fondo interior está inclinado hacia la salida para una evacuación completa. En la parte superior hay un filtro grueso extraíble, que realiza la primera limpieza. A continuación, el tanque está equipado con 5 divisores verticales móviles que, montados alternativamente en la parte superior e inferior, hacen circular la miel como por sifones y, gracias a la diferencia de peso específico, se obtiene una segunda purificación progresiva.
El depósito se completa con un tubo de aspiración de miel de ø 50 mm y una tapa de plexiglás.
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