El impacto económico de la polinización oscila entre 235 y 577 mil millones de dólares anuales. Su papel en la economía mundial es inmenso, pero a menudo se subestima. Las abejas son pequeños insectos de enorme importancia para el planeta, desconocidos para muchos, pero con mucho que enseñarnos. A menudo asociadas con la producción de miel, también son responsables de un proceso vital para los ecosistemas llamado polinización: cuando visitan las flores en busca de néctar o polen, lo transportan de las partes masculinas a las femeninas, lo que permite la fertilización y la posterior fructificación. Las abejas son los principales polinizadores de la naturaleza y determinan la cantidad y calidad de muchos cultivos. Entre los alimentos que dependen de este proceso se encuentran las frutas, verduras y semillas, esenciales no solo para el consumo humano, sino también para el ganado. Diversas publicaciones indican que polinizan 70 de las 100 especies de cultivos que alimentan al 90 % de la población mundial, y que las estamos perdiendo a un ritmo alarmante, lo que compromete nuestra capacidad para alimentar a la población mundial (los supermercados podrían perder la mitad de sus frutas y verduras). La Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas estima que el impacto económico de la polinización oscila entre 235 000 y 577 000 millones de dólares anuales. Así, su papel en la economía global es inmenso, pero a menudo subestimado, y no es coincidencia que la Royal Economic Society, una de las asociaciones de economistas más respetadas y fundada en 1890 en el Reino Unido, tenga una abeja en su logotipo. La organización eficiente de una colmena ha sido objeto de considerable reflexión por parte de economistas y gerentes, y se pueden encontrar fuertes paralelismos con el funcionamiento de una empresa, como la división del trabajo, la jerarquía, la comunicación, la colaboración, la gestión de recursos, la constante necesidad de adaptación y la orientación hacia un propósito. Así como en una empresa cada empleado tiene un rol específico, dentro de una colmena, las abejas tienen funciones claramente definidas: la abeja reina ocupa la cima de la jerarquía, guiando la supervivencia y el crecimiento de la colonia; las abejas obreras son las "colaboradoras", realizando la mayoría de las actividades esenciales, como construir y proteger la colmena y recolectar néctar y polen; y los zánganos (machos) tienen una función reproductiva específica. El libro “La sabiduría de las abejas”, de Michael O’Malley (Universidad de Yale, Estados Unidos), organiza metafóricamente este proceso, que podemos resumir así: 1. Liderazgo colaborativo: el rol de la abeja reina es similar al de un líder de una organización, sirviendo al colectivo, asegurando la continuidad y el bienestar de la comunidad y enseñando que el liderazgo debe ser más colaborativo que jerárquico y con prioridad en la sostenibilidad y el grupo; 2. Eficiencia y organización: Las abejas obreras tienen tareas bien definidas y cambian de rol según sea necesario. Esto refleja la importancia de la flexibilidad y la especialización en las empresas, así como la necesidad de que los empleados estén dispuestos a adquirir nuevas habilidades y asumir nuevos roles para mantener la agilidad y eficiencia de la organización. Los drones, por otro lado, tienen una función reproductiva limitada y específica, y pueden compararse con un departamento especializado dentro de una empresa. 3. Alineación estratégica: Toda la colmena trabaja en conjunto para alcanzar objetivos comunes, como la supervivencia y el crecimiento. En las empresas, es fundamental que todos los miembros comprendan y se comprometan con su misión y estrategia. 4. Innovación y adaptación: Estos insectos son extremadamente adaptables y responden rápidamente a los cambios según el contexto. Esto resalta la necesidad de que las empresas sean ágiles, innovadoras y estén preparadas para adaptar sus estrategias a la evolución del mercado. 5. Comunicación y coordinación: La "danza de las abejas", una forma de comunicación que utilizan los trabajadores para indicar la ubicación de fuentes de alimento y recursos, es un ejemplo de su importancia para el éxito colectivo. En una empresa, la comunicación entre departamentos y equipos es crucial para alcanzar objetivos comunes y garantizar la eficiencia operativa. Lamentablemente, las abejas se enfrentan a importantes desafíos como resultado del uso excesivo de pesticidas, enfermedades, plagas, el cambio climático y la pérdida de hábitat, como se observó en Portugal con los incendios forestales. Según el Foro Económico Mundial, su desaparición "podría conllevar la posible pérdida de ecosistemas enteros". Aprender de ellos puede ser un primer paso para protegerlos.