Pequeñas, peludas y con aguijón, las abejas pueden asustar a algunas personas, pero son esenciales para la vida en el planeta. ¿Alguna vez has oído hablar de la polinización? Es la tarea más importante de la abeja y garantiza nuestra vida. Hay más de veinte mil especies de abejas en el mundo y son responsables directa o indirectamente del 80% de todos los alimentos a nivel mundial. ¿Pero cómo? A través de la polinización. Las flores, como el resto de seres, tienen órganos masculinos, estambres, y órganos femeninos, carpelos. Cuando la abeja pasa de flor en flor, transporta polen desde el órgano masculino a la parte femenina. Y así se produce la fecundación y nacen nuevas plantas, frutos y semillas. Una abeja visita diez flores por minuto, realiza una media de 40 vuelos diarios, recorre hasta 12 kilómetros y toca unas 240.000 flores. ¡Uf! La polinización es muy importante para el medio ambiente. No sólo mantiene sino que también garantiza la supervivencia de diversas especies de seres vivos y del entorno en el que viven. La agricultura también depende de la polinización, reproduciendo lo cultivado. Casi el 90% de las especies de plantas de flores silvestres del mundo requieren polinización animal. Tal es la importancia de las abejas para el planeta que los científicos están desarrollando abejas robot capaces de imitar el comportamiento de las abejas reales y polinizar artificialmente, ya que, lamentablemente, se ha producido una gran reducción en la población de abejas en los últimos años. La desaparición de las abejas puede provocar la desaparición de flores, plantas, frutos, cereales y algunos animales. Así que cuando veas una abeja, ¡sonríe!